La vida es un musical. Eso es cierto.
Puede ser un bolero, una bachata, tal vez un merengue, o quizás una opera. Puedes bailarla lenta o rápida. Puede ser pegajosa o tal vez deprimente. Todo depende de como sea el momento.
Para mi la vida no tiene genero alguno. A cada momento cambia el Dj la pista y empezamos a bailar un ritmo distinto. Dios dirige nuestras vidas y nosotros la vivimos.
*Una amiga muy querida acaba de perder a su abuelita, me entristece mucho verla triste; ella lloraba porque todo fue muy repentino. Un paro cardiaco acabo con la vida de la anciana. Yo quería consolar a mi amiga pero no hallaba la forma correcta de hacerlo, y me sentía mal por eso.
De momento, uno de sus familiares se me acerco y me dijo:
-¿Sabia usted que la señora difunta era cristiana?-
Respondí con un movimiento de negación con mi cabeza, y de repente una idea vino a mi mente. Ya sabia como consolar a mi amiga.
Así que sin esperar nada me le acerque a mi amiga dándole un abrazo, la tome de las manos, mirándola a los ojos y le dije:
-Amiga querida, la vida es un musical-
Al decir esto, sus ojos casi negros se abrieron de par en par.
-Así es, un musical- continué -nos levantamos diariamente con diferentes bandas sonoras en nuestras cabezas, y todos deseamos que nuestro día se convierta en una fantasía pop, pero cuando vemos que tenemos que escuchar la 5ta Sinfonía de Bethoven, nos sentimos decaídos.
No se que clase de música le gustaba a tu abuela, lo único que se es que ella estará disfrutando del coro de ángeles por toda la eternidad.
Se muy bien que estas triste en este momento, y que tal vez lo que te digo te suene extraño, pero mi querida amiga, siento mucho de verdad lo que le paso a tu abuela; pero no te preocupes porque algún día la volveremos a ver.-
En ese momento, mi amiga no pronuncio palabra alguna, tan solo se quedo observandome detenidamente y meditando en lo que le había dicho. Bajo levemente su cabeza aun sosteniendo mis manos.
De repente levanto su cabeza mostrando una leve pero notable sonrisa en su rostro, que poco a poco se fue convirtiendo en una simpática carcajada. Y mirándome a los ojos de nuevo me dijo:
-Sabes, creo que voy a cambiar mi estación radial-
Al escuchar eso yo también solté una discreta carcajada. Ambas nos reímos de mis ocurrencias.
Al final no pude hacer totalmente feliz a mi amiga, pero si pude cambiar su estación musical.*
Esta historia en parte es real y en parte es ficticia. Me inspire a escribir esto y al empezar no pude parar, así que lo termine. Lo que yo se es que la vida es muy parecida a un musical, el problema consiste en que no sabemos cual es el guión, así que debemos bailar por toda la pista hasta que hallemos el ritmo.
Y en especial: Lau querida, siento mucho la muerte de tu abuela, pero recuerda que Dios la tiene en gloria. Algún día la volveremos a ver. Lo se y tú tambien lo sabes.